Durante una vigilia de Semana Santa, hermanas y grupos católicos se unieron, cerca de la Casa Blanca, a un evento interreligioso para rezar por la liberación de inmigrantes injustamente deportados por el Gobierno de EE. UU. a una cárcel para terroristas en El Salvador, entre ellos Kilmar Abrego García, quien nunca ha sido imputado por delitos en ninguno de los dos países.